Alec Falkenham dio origen a un producto que crea células, del tipo micrófagas, que consumen a las viejas células que, quedando saturadas de tinta, dan vida al tatuaje. Esto se traduce en que gradualmente, conforme las células “entintadas” son reemplazadas por nuevas, el tatuaje va desapareciendo.
Hasta ahora la única opción que existe para eliminar un tatuaje es el láser, pero este método además de costoso produce dolor y deja quemaduras y/o cicatrices, por lo que la creación de Falkenham sería un “sueño hecho realidad” para muchos, ya que además según su inventor la crema actúa sin recurrir a las células ordinarias de la piel, lo que significa que no deja inflamación ni rastro del tatuaje.
Aunque se desconoce el promedio de aplicaciones que se requerirá para borrar un tatuaje, Falkenham calcula que un dibujo de 10×10 centímetros podría borrarse por menos de cinco dólares.
No queda sino esperar que el producto complete su fase de pruebas y esté disponible para la venta.
Con información de Pijamasurf
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