La industria del contenido ha dado un paso más en su guerra contra la piratería por internet, esta vez, solicitando la extradición a Estados Unidos de un chico inglés que compartía links. Richard O’Dwyer, estudiante de animación y medios interactivos de 23 años, tenía hasta el año pasado un sitio web de links, TVshack, que ayudaba a los internautas a encontrar películas y series gratis, muchas de ellas ilegales.

Ahora, abogados estadounidenses lo quieren llevar a EE.UU. para juzgarlo allá por infringir el derecho de autor y por “conspiración”. El requerimiento es notable ya que O’Dwyer no tiene ninguna conexión con Estados Unidos: la última vez que estuvo en ese país tenía 5 años, los servidores que usó para su sitio no están allá, y no está claro que compartir links sea un delito en Inglaterra. Después de todo, él no estaba alojando el contenido pirata.

O’Dwyer y su familia intentan evitar que lo extraditen, y que en lugar de eso se le realice un juicio en el Reino Unido, que es donde vive.

El caso probablemente dará un nuevo impulso a un viejo debate: ¿quién tiene jurisdicción sobre los crímenes que se cometen por internet?


La extradición es una medida que normalmente se reserva para los crímenes más serios (contra los derechos humanos, por ejemplo), por lo que el compartir links dudosamente cuenta. En el caso de los delitos computacionales, en Inglaterra hay un sólo caso notable, el de Gary McKinnon, acusado de hackear el Pentágono y la NASA (¿se compara eso con compartir links?). La extradición de McKinnon todavía está en disputa.

Si O’Dwyer es extraditado a los Estados Unidos podría funcionar como precedente en este tipo de casos.
TVshack, el sitio de O’Dwyer, era un negocio rentable. Como el tráfico al sitio era considerable, O’Dwyer ganó bastante dinero vendiendo espacio para publicidad. En junio de 2010, Estados Unidos confiscó el nombre de dominio del sitio, lo que fue posible porque todos los .com son registrados a través de empresas de ese país. Por ejemplo, lo mismo le pasó a RojaDirecta hace algunos meses. O’Dwyer volvió a subir el sitio en otro dominio, .cc, y algunos meses después la policía británica apareció en su casa.

Junto con los ingleses venía un grupo de estadounidenses. Interrogaron a Richard por una hora y luego se llevaron dos de sus computadores. No le pidieron que cerrara el sitio, pero el chico lo cerró igual. En mayo de este año, Richard fue llamado a declarar a la policía. La familia le contrató un abogado, pensando que le irían a pasar una multa o algo así. En lugar de eso, O’Dwyer descubrió que querían extraditarlo.

Pese a que no hay ninguna conexión entre O’Dwyer y Estados Unidos, aparentemente el país considera que cualquier sitio que tiene un dominio entregado por ellos está bajo su jurisdicción. Hasta ahora la campaña consistía sólo en confiscar dominios, pero este caso es el primero que da un paso más allá. Un paso que es preocupante, porque si bien hoy el afectado es un inglés, mañana podría ser una persona de cualquier otro lugar del mundo.

Fuente:fayerwayer