Investigadores MIT encontraron la manera de utilizar el chip GPS que viene incorporado en la gran mayoría de los teléfonos celulares de la actualidad para mejorar la calidad de las conexiones.
Los teléfonos móviles dependen de las redes wireless para poder proveer el servicio que nos permite hablar, mandar mensajes de texto y navegar en internet. El gran problema se presenta en los lugares donde la cobertura no es perfecta, y la conexión se pone lenta o directamente se cae, en esos casos es cuando el GPS se encargaría de buscar redes WiFi o torres cercanas para poder seguir hablando o para poder hacer la conexión con la red móvil correspondiente.
Gracias a los investigadores MIT, descubrieron que no sólo se puede conseguir conexión en lugares donde no la hay, sino que además pueden aumentar la velocidad de conexión hasta un 50% gracia al uso del GPS para localizar donde están las redes más potentes.
Se necesitan varios protocolos para que esto funcione, primero la ubicación actual y la de la trayectoria donde vamos a estar viajando, para que pueda encargarse de buscar todo lo que haya o no a nuestro al rededor. Esto le permite primero no conectarse en vano a una red de la que nos vamos a alejar demasiado, y por otro lado evitar enviar demasiado datos o perder conectividad como para no poder usar el paquete de datos. Tengamos en cuenta que en casi todos los casos los móviles tratan constantemente de enviar señal de conectividad a la torre más cercana para mantenerse conectados, pero si el móvil ya sabe que está cerca a esa red, no necesita hacer este proceso que no sólo gasta batería sino que puede consumir datos.
Habrá que esperar entonces a que podamos hacer uso “masivo” de este tipo de beneficios que técnicamente están al alcance de nuestra mano.
Vía engadget
0 comentarios:
Publicar un comentario