Mi Blackberry y yo


Mi celular es una extensión más de mi cuerpo y mi cerebro.

Como les pasa a muchos, la necesidad de estar "comunicados", es una exigencia más del mercado laboral. Esto es, estar disponible, ubicable en cualquier momento del día, lo que extiende nuestra jornada laboral más allá de los límites que marca la ley.

Mis celulares han soportado mis malos humores, estrellándose de canto, de cara y ceca contra las paredes, se me cayeron al agua y los perdí por ahí.

El sábado se rompió el último aparato que tenía, la pantalla quedó en negro, así de simple.

Por lo que mi vida se vió suspendida hasta el lunes. Nunca me había dado cuenta como ese minúsculo y diabólico aparato me tenía en sus manos.

Por empezar, no podía responder mensajes de texto, porque no los veía. Incumplí varios compromisos contraidos con anterioridad porque estaban marcados en mi agenda que era quién me los recordaba. Así falté a la cita con la sicóloga, la odontóloga y tampoco supe en que horarios había quedado en reunirme con determinadas personas.

A ciegas, intenté marcar algunos numeros como los de mi mamá, mi hermana, mi papá, Ana Sofía y nada, blanco total, no recordaba ninguno.

El lunes, enfilé derechito para Claro, necesitaba un nuevo aparato, al que ahora debía sumarle la posibilidad de ingresar a internet en cualquier lado (nueva exigencia laboral también).

Venía resistiendome a la compra de un Blackberry, me parecía snob, ridículo, carísimo y no estaba dispuesta a seguir pagando más de abono, más caro el aparato, y nada de esas cosas.

Pero como la esclavitud se disfraza de mil formas, mi jefe me compró el aparato. Parece un regalo, pero no lo es, solo es una nueva cadena que me ata a él disfrazada de tecnología de punta.

Así que acá estoy, intentando descifrar este nuevo aparato que me acompaña, a sol y a sombra, blanco, divino, con miles de funciones que nunca voy a aprender, y que me mantiene informada, ubicable, disponible, es decir, esclavizada las 24 horas del día.

Eso sí, con un glamour...!!!!

Fuente: Mi Vida Conmigo

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