Tener adicciones seguro es terrible. Algunas quizás peores que otras, pero todas pueden acabar mal. El problema es cuando la enfermedad alcanza y afecta a terceros, como este caso. Li Lin y Li Juan son una pareja de jóvenes chinos de menos de 21 años, que se conoció el 2007 y que ya tenían tres hijos. Difícil de superar.

Tenían. Porque según reporta el periódico Sanxiang City News, la pareja -adicta a los juegos en línea- vendió a los tres menores para poder pagar sus visitas a cibercafés. Ah, y adivinen dónde se conocieron: sí, también en un cibercafé…

Cuando llevaban un año juntos tuvieron su primer hijo y pocos días después lo dejaron botado para escaparse al centro de internet más cercano para una jornada de juerga. Al año siguiente tuvieron una niña, pero aquí resolvieron que era más inteligente cambiarla por dinero para así poder solventar su adicción. La vendieron en US$500, que les duró bastante poco, por lo que tomaron a su primer hijo y los comercializaron por US$4.600. Luego tuvieron un tercer hijo con la misma intención, y recibieron aproximadamente el mismo monto que por el anterior. Y quizás hubieran sostenido su dinámica por más tiempo, si no es porque la madre de Li Lin los descubrió y dio aviso a la policía.

Pero la cosa no iba a quedar sólo ahí. ¡No! Al preguntarles si extrañaban a sus hijos, respondieron que “no queremos criarlos; sólo queremos venderlos por algo de dinero”.

Pero aseguran que no sabían que se trataba de algo ilegal. Arrepentimiento nulo y honestidad brutal, pero con una cuota de estupidez también. Digo, si ya cometieron la atrocidad de vender sus hijos, ¿no era más sensato comprar computadores y pagar por internet en lugar de despilfarrar el dinero en esos locales? ¿O tendrá algún sabor especial el lugar en sí?

Si alguno se sintió identificado, hay otros caminos.

Fuente:fayerwayer