Twitter es ahora papel para exigir

"Se me va a caer el rancho con tanta agua, cuando me darán respuesta de mi ayuda para arreglarlo", denunció Evelyn Tovar en la cuenta del alcalde de Libertador Jorge Rodríguez, @jorgepsuv, en Twitter.

Y es que esta herramienta se convirtió en un espacio para las denuncias ciudadanas de los caraqueños y residentes del interior del país. Según cifras del portal Twitter-Venezuela se calcula que más de 160.000 venezolanos están en Twitter.

Tovar señaló que a su casa del barrio El Pueblo de El Junquito le faltan arreglos de construcción. "Tengo dos hijos y vivimos en un solo espacio donde está la sala, cocina, comedor y camas. Necesito construir otra habitación y por eso mandé mi petición a Rodríguez y al presidente de la República".

Tras dos semanas de insistencia @evelynto fue contactada por el Ejecutivo para otorgarle un crédito de BsF 20.
Mientras que Gustavo Bustamante, vecino del km 12 y uno de los 249 seguidores del alcalde Rodríguez, informó que nunca lo ha podido contactar.

"No responde las cartas que llevamos a la Alcaldía, por eso denunciamos la falta de agua, huecos e inseguridad en su cuenta de Twitter. Lo mismo hacemos con la jefa de Gobierno del Distrito Capital Jacqueline Faría a @JacquelinePSUV, pero tampoco responde", resaltó.

Al resto de los alcaldes del Área Metropolitana los caraqueños también les hacen denuncias o los exaltan. En @GerardoBlyde (con 23.219 seguidores) los baruteños reclaman daños en semáforos, colas, huecos en Hoyo de La Puerta o dengue en La Trinidad (@fergardíaz).

Mientras que en Chacao a @EmilioGrateron (con 17.038 seguidores) lo instan a "ponerle la lupa al tránsito".

A @CarlosOcariz lo llaman a definir los planes para el deportivo de Petare. "Motorizados roban a joven en Lomas del Ávila", dice @pcabrera, uno de sus 33.759 seguidores.

Los vecinos de El Hatillo señalan en @mydonascimento (con 1.061 seguidores) que se genera mucha cola por La Boyera (@venearay), y a @alcaldeledezma, con 46.286 seguidores, lo llaman a supervisar los semáforos y a unir a los vecinos.

Jorge Hernández
EL UNIVERSAL

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